“El aborto legal ha hecho en EEUU lo que el Ku-Klux-Klan no
logró ni soñar alcanzar: el exterminio desde 1962 de 14 millones de niños
afroamericanos, un tercio de la población negra actual”.
Son palabras de Alveda C. King, sobrina de Martin Luther
King, en el Congreso Mundial de las Familias. Alveda, quien abortó en dos
ocasiones antes de convertirse en una de las líderes del movimiento provida,
explicó que la cultura de la muerte se basa en las mismas mentiras que
sustentaban la segregación y discriminación racial en Estados Unidos:
“Entonces se defendía la opresión y violencia racial afirmando
que algunos eran menos humanos que otros en función de su color de piel, y ello
justificaba la violencia de los linchamientos, apaleamientos, arrojo a los
perros… de los que yo misma fui testigo. Hoy son otros los mártires violentados
y oprimidos, pero justificándose en la misma falsedad de que unos seres humanos
son superiores a otros. Antes y ahora la cultura de la muerte intenta que sus
víctimas no sean visibles. Hasta que no se lograron proteger y difundir las
primeras fotos de violencia racial en Estados Unidos y mostrar esa realidad, se
negaba lo que estaba ocurriendo: el ver la realidad hizo a la gente reaccionar.
Ahora, vemos como los promotores del aborto se cierran en banda, por ejemplo, a
que se muestren ecografías a la mujer embarazada antes de abortar. Como ocurrió
con la cuestión racial, Estados Unidos no rechazará el aborto hasta que lo vea.”
(En la fotografía, Margaret Sanger, fundadora de Planned
Parenthood, la mayor plataforma abortista mundial, hablando ante miembros del Ku-Klux-Klan).
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